Los de Alberto Núñez Feijóo retoman su clásica estrategia de ignorar a la fuerza que tienen a su derecha. Desde simular que las campañas que diseñan los de Santiago Abascal no afectan a la suya a minusvalorarles sin tan siquiera mencionarles a en sus discursos. En Génova aseguran que la foto del líder de Vox con el primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, no restará votos a la derecha pese a que el PSOE haya encontrado en ella uno de sus leitmotiv de campaña; el PP también asocia sus críticas a Vox como algo puntual dos días después de que el líder del PP cargara contra su "menosprecio" a la manifestación contra Sánchez del domingo.

El día en que Pedro Sánchez ha acusado al PP de estar "guiado por la ultraderecha" para evitar responder a cualquier pregunta sobre la investigación de su mujer, los populares vuelven a desmarcarse de Vox. "Este Gobierno es libre y ustedes son esclavos con sus pactos con la ultraderecha. Ni mil palabras de fango van a tapar los gobiernos con Vox", ha señalado Sánchez durante su cara a cara con Feijóo. Poco después, fuentes del PP volvían a su clásica estrategia contra dicha formación.

Por un lado, los populares argumentan que "la posibilidad de que en España se vote pensando en Netanyahu, Milei o Meloni es bajo" y que la política exterior "no moviliza de una forma tan intensa" en unas elecciones europeas. Claro que sí podría, como ocurrió en las generales, movilizar a la izquierda. Los populares lo niegan con la cabeza: dicen que no creen que la foto vaya a movilizar al abstencionista del bloque contrario.

Por otro lado, en Génova justifican la batalla pública que abrieron a inicios de semana contra Vox. "A nadie le llama la atención la reacción de los partidos de Gobierno ante nuestra movilización de ayer, pero llama la atención el menosprecio de Vox al acto de miles de personas que estábamos en Madrid de los cuales miles eran simpatizantes de Vox. Allá ellos y allá su responsabilidad si su campaña consiste en descalificar al PP. El PSOE está encantado: ellos [Vox] sabrán si su objetivo es defender al PSOE o defender a España", sostuvo Feijóo el día posterior a su convocatoria en la Puerta de Alcalá.

A raíz de ello Feijóo —como también hizo FAES— pidió cambiar la papeleta de Vox por la del PP. No obstante evitan hablar de una estrategia. Más bien hablan de una respuesta puntual. "Teníamos la obligación de defender a los asistentes y merecían un mensaje". Con todo ello, se deduce que el PP trata de evitar poner a Vox en el centro del debate pese a que le haga "la pinza" al PSOE y haya varias voces internas que asuman que este partido sacará buenos resultados el 9J.

El PP mantiene que su objetivo es ganar las elecciones al PSOE, aunque ya no hablan de sacarle grandes márgenes. El PP hace la misma reflexión que en la noche electoral de las catalanas: piden no mirar tanto los resultados de los grandes partidos sino el de sus socios. Es decir, si Vox se mantiene fuerte y el PP sube querrá decir que es a costa del voto de centro y del PSOE desencantado; si el PSOE sube podría ser por la bajada de sus socios de Gobierno, como ocurrió el 12M.

De este modo, los populares dan la vuelta al discurso de Sánchez, que este miércoles ha vaticinado que el PP "volverá a perder las elecciones" el 9J. "¿Qué pasará si Feijóo gana a Sánchez?", se preguntan desde la oposición. Por el momento, rechaza  una moción de censura, pero insisten en exigir una convocatoria de elecciones generales. 

Según explican, esta petición trasciende de la campaña europea ya que una vez se celebren las elecciones, seguirá "sin haber Gobierno", apuntan recordando cómo la semana pasada los socios de Gobierno le dejaron solos en su ley del proxenetismo y la del suelo. Incluso los independentistas cuyo principal objetivo es que salga adelante la ley de amnistía que se vota este jueves. "¿Por qué una vez que consigan lo que quieren van a ser más generosos que cuando dependen del Gobierno?", cuestionan.